martes, 6 de julio de 2010

Reflexión de medio vuelo

Son las 10:50 de la mañana del día 6 de Julio de 2010. Estaba simplemente escuchando música, pensando en qué pensar hasta que vi a un individuo sentado un asiento contra-esquina de donde yo estaba. Él hojeaba y subrayaba algo que estaba oculto tras una blanca carpeta de tres argollas. Mi curiosidad me hizo agudizar un poco la vista hasta que me di cuenta de que las hojas eran en realidad planos.

Inmenso fue el regocijo de saber que había alguien en el avión que tenía trabajo. Tal vez sea un poco obvio que alguien sobre un avión tenga trabajo, pero cuando algo es tan evidente es mayor la felicidad.

Después de pensar en eso una serie de eventos se conectaron en mi cerebro hasta llegar al recuerdo de una frase que escuché el día de ayer: “a los mexicanos no nos toman en serio para trabajar (en el extranjero), pero a la hora de la fiesta siempre seremos los más seguidos”. Eso acompañado con la explicación-ejemplo de que una amiga (de la amiga que dijo eso) estaba en Francia buscando trabajo pero que jamás podría aspirar a un puesto de alto mando en ese país.

Para mí, ese momento… esas palabras fueron como un balde de agua fría que me despertó en una realidad laboral de la cual yo no tenía conciencia. Pero después de unos cuantos segundos de reflexionar lo que me acababan de decir una ecuación brotó en mi cabeza (gracias, Alex, por no dejar morir a la inge que llevo dentro) y apareció lo siguiente:

Mexicano = Fiesta10 + Europeos – Puesto alto

Despejamos:

Mexicano + Puesto alto = Fiesta10 + Europeos

Conclusión: Siendo mexicano, el mejor negocio que se puede emprender para tener una utilidad máxima en el extranjero es UN ANTRO.

Ó…

Mexicano = Fiesta10 + Europeos – Puesto alto

Despejamos:

- Fiesta10 = - Mexicano + Puesto alto + Europeos

Conclusión: Pensar en cambiar de nacionalidad (o la mentalidad cliché de la identidad mexicana que nos regaló Samuel Ramos).

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