sábado, 29 de agosto de 2009

Araknya

El aroma a muerte desde la primera hora de mi manhana. Insecticida. Un aroma dulce pero letal. El aroma que encierra inocencia en un frasco de fatalidad. Después de todo se lo merecía. Sólo cumplo la profecía de la diosa Atenea, quien al ser retada por una mortal tejedora castigó a ésta y a sus descendientes.
Destinada a tejer de por vida. Condenada a ser perseguida por los humanos.
Quemarla como bruja.
Pisarla como cucaracha.
Aplastarla como a una fruta podrida.
Pequenhos roedores de ocho patas. Peores!.
Son un suspiro negro en coraza de temor. El último suspiro para muchos de ellos.
Torpemente.
Corriendo.
Saltando.
Así se mueven estos feos seres.
Rojo.
Blanco.
Amarillo.
Negro.
Son los colores de su bandera de muerte.
Seductoras.
Astutas.
Tenaces.
Es su arma para sobrevivir del humano.
Algunas matan a sus esposos.
Algunas son matadas por sus hijos.
Algunas matan ninhos.
Algunas son matadas por padres.
Matan conejos.
Son matadas por pájaros.
Matan perros.
Son matadas por serpientes.
Matan.......................................................................................................................................
Son matadas.
Matan.......................................................................................................................................
Son matadas.
Matan.......................................................................................................................................
Son matadas.
Splat!