martes, 23 de marzo de 2010

Carta a la Comunidad Galáctica de la Vía Láctea

Ya que es sabido que pueden comprender nuestra forma de escritura, me gustaría darles una breve perspectiva de qué es lo que está pasando e nuestro planeta.

Como han de saber, es extremadamente difícil comprender a todas las personas del Planeta Tierra, ya que están divididas por muchos factores que van más allá de unos cuantos kilómetros de distancia. Son factores que nos alejan cada día más aunque estemos a escasos metros de ellos, por ejemplo, la religión. Nuestros hombres han dejado de creer en el hombre para justificar su torpeza en las manos de un dios. Se creen títeres de la voluntad de este ser todopoderoso, y si algo pasa, bueno o malo, es porque “Él” así lo quiso.

Otra de las cosas que nos impide comprendernos es el idioma. El cual ni siquiera tiene que ver con que yo hable español y me quiera comunicar con un japonés. El problema radica en que ya no nos queremos escuchar, ya no nos queremos ver, ya no nos queremos leer. Las clases más bajas de la misma ciudad pueden incluso no conocer alrededor del cincuenta por ciento de lo que decimos porque simplemente no cuentan con la misma educación. También, los líderes del mundo dejaron a un lado sus raíces para enfocarse en aprender un solo lenguaje que ellos juran, mueve al mundo entero: el dinero. Por ello las cosas tienen un valor no por su función sino por qué tanto dinero cuesta, y el precio no está relacionado con qué tan útil es, sino por cuestiones de mera vanidad.

Nuestros países están en guerra, pero ya no es sólo entre naciones sino entre nosotros mismos. Hemos alcanzado la Luna pero no hemos logrado poner un pie en las regiones más hostiles del Amazonas. Hemos logrado la paz con ustedes pero no podemos mover nuestras tropas del país hermano. Hemos buscado más recursos en otros planetas pero no podemos dejar de saquear a los países más pobres.

Gastamos una suma ridícula de dinero y bienes para conocerlos a ustedes y a razas de otras galaxias hermanas mientras millones de los nuestros cuya cultura no conocemos ni nos interesa conocer mueren de hambre cada día.

Preferimos aprender idiomas y lenguajes ficticios por fanatismo y no nos esmeramos en comprender un solo dialecto de nuestro país.

Es una gran vergüenza cómo ustedes vienen a darnos clases acerca de nuestro mundo en las universidades más prestigiadas.

Es terrible cómo los han mandado a ustedes a los pueblos más inhóspitos e infrahumanos a enseñarles a las personas nuestra propia escritura.

Es una pena cómo nos hemos dado la espalda, cómo nos dejamos morir, y ustedes reparan los daños.

Nos extinguimos poco a poco dentro de nuestra propia caja, pero el egocentrismo de los más ricos abandonarán el barco e intentarán irse a otros planetas.’

Es mi deber advertirles acerca de nuestra raza, por favor, tengan cuidado, no dejen que esta destructiva especie acabe con la vida de los demás mundos. Con suerte podrán sólo acabar con la Tierra.

lunes, 22 de marzo de 2010

Por los que...

Por los que alguna vez se la mentamos al profe en frente de todos. Por los que nos hemos ido de algún restaurante sin pagar. Por los que nos hemos transeado a alguien. Por los que sobrevivimos a la balacera del Tec. Por los que estamos hartos de los tontos grupos en Facebook. Por los que estamos hartos de la situación actual del país. Por los que estamos a favor de que las cosas cambien… POR LOS QUE ESTAMOS DISPUESTOS A CAMBIAR POR EL BIEN DE TODOS.

Han pasado una infinidad de cosas en los últimos días, meses, años; y aparentemente todo sigue exactamente de la misma manera o incluso peor. Pero lo más impresionante es la pérdida de sensibilidad a la que hemos sido capaces de llegar. ¿Cómo es posible que se empiecen a hacer grupos y que miles de personas alrededor del país se identifique con ellos siendo éstos de naturaleza negativa? ¿Por qué no abrir de esos como: Por los que alguna vez le regresaron la cartera extraviada a alguien con todo y dinero; Por los que alguna vez estudiaron y se sacaron 100 en el examen?

Nuestro país está mal, es la verdad; no es la sociedad que está en una burbuja de paranoia. No son los papás que se quedaron en sus tiempos y por eso no nos dejan salir a las calles a divertirnos con alcohol. Son las nuevas generaciones las que están llegando a un punto sin retorno en la falta de compromiso con el presente y con el futuro.

Dos de nuestros compañeros del campus fueron víctimas de la violencia que acosa a México. Y fuera de los inmaduros grupos de Facebook que ya llegaron a su límite, estoy orgullosa de aquellos alumnos que se organizaron para solidarizar a la comunidad estudiantil con la pena que viven los familiares de los compañeros fallecidos.

Espero que este evento sea un detonante para la consciencia y la acción estudiantil y social en todo el país, y no sea una más de tantas situaciones que son producto de la violencia que hay ahora y aquí. Espero que sea un evento que logre trascender a través de las clases, los puestos, y el tiempo, y que no sea olvidado tras la enorme cortina de indiferencia y desensibilización social. Espero que contribuya a la creación de lo que sea que tenga que ser para arreglar a México.